Rediseñar el impacto

March 14, 2022 1:37 am Published by

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En su clásico texto “Reflexiones sobre la violencia” (1969), Hannah Arendt, una de las filósofos más influyentes del siglo XX, escribió que “toda práctica de La violencia, como toda acción, cambia el mundo, pero el cambio más probable es un mundo más violento”. Hoy, este mundo en que vivimos y que se supone civilizado y dialogante, termina por ser un lugar mas oscuro y violento que antes.

Los ruptura de los esfuerzos diplomáticos con la invasión rusa de Ucrania y la amenaza a su soberanía está produciendo ondas de choque de condena internacional a una escala que no se habían visto hace mucho tiempo y al revés de como sucedía antes, nos golpean de forma directa e inmediata en el diario vivir.

En un mundo donde el diseño se jacta de ser global y donde las fronteras del estilo se han desintegrado para dar paso a un diseño global y funcional centrado en la empatía; es justamente donde mas fuerte golpean este tipo de acciones. Seguir creyendo que por estar al otro lado del mundo en una relativa paz social, nos escinde de las consecuencias de la violencia en todos sus formatos es solo una quimera. Hoy cada acción es global y no se remite solamente a un par de naciones en conflicto, es una guerra entre la

Muchos han criticado que el mundo haga un bloqueo total a todo lo que parezca remotamente ruso, una especie de funa colectiva al bully del curso, donde muchos rasgan vestiduras y olvidan que hace poco estaban haciendo lo mismo en otras latitudes más desconocidas y olvidadas en el mismo continente ¿Con que moral juzgamos a quienes hacen lo mismo que hemos hecho nosotros? ¿Quién lanza la primera piedra?

Bueno; si bien una buena acción no puede borrar las malas, al menos quiero pensar que estamos frente a una nueva forma de ver las cosas, donde desde ahora comencemos a ser un poco mas consecuentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos y, que este punto de inflexión sea el inicio de una nueva forma de hacer y entender la praxis de todas las profesiones y de fijar las reglas del juego en un mundo que no debe tolerar cualquier cosa solo por afanes comerciales.

El diseño social no debe ser entendido solo como un medio para una causa, sino como un modo de reflexionar, sobre el impacto moral que los productos y servicios tienen sobre productores y consumidores. ¿Cuántos se preguntan si el producto chino que venden, lo fabrica un niño? ¿Si fue probado en animales o si se le pago lo justo, si tiene seguridad social, contrato o un sueldo digno a quien lo produce? Lamentablemente muy pocos.

Hoy el mercado y el diseño como su acolito favorito, gozan con los miles de millones de consumidores que por omisión o desinterés no recaen en estas preguntas y que menos intentan hacer algo por cambiarlas, total ¿Cuánto puedo hacer yo?

El impacto para cambiar las cosas es algo de conciencia y lamentablemente es uno de los recursos mas escasos en el planeta. Para salvarnos de consumirnos a nosotros mismo y el planeta que nos acoge, tendremos que encontrar en un breve lapso un incentivo tan poderoso como el dinero y la fama, que nos obligue a solucionar sin necesidad de conciencia y por simple avaricia a solucionar los grandes problemas del mundo.

Rafael Chávez S.
Director – El Diario Diseño
Diseñador Industrial/Máster en Diseño