El valor de producir valor
Es de necios confundir valor y precio.
– Antonio Machado
Al momento de ingresar al mercado laboral, una de las primeras impresiones que tienen los nuevos profesionales del diseño gráfico chileno suele ser la que se desprende de las constantes ofertas laborales que inundan nuestro mercado, las cuales suelen concentrarse en la creación de páginas web, aplicaciones móviles y estos últimos años, una incipiente demanda de profesionales para el desarrollo de video juegos.
Si bien el mercado laboral se ha expandido en lo que respecta a las opciones de trabajo a las que pueden optar los nuevos profesionales, no deja de ser llamativo que el diseño de logos o la producción de papelería, afiches o flyers, estaría siendo dejado de lado por parte de los diseñadores gráficos nacionales, haciendo con esto que piezas como las que en su momento fueron desarrolladas para la Polla Chilena de Beneficencia ,se transformen en piezas gráficas de colección, usadas a modo de ejemplo en las aulas universitarias al momento de narrar cómo la nueva grafica chilena, llenó las calles y muros del país con un estilo único, simple e identitario.
Todo esto ha devenido en que el día de hoy, la producción gráfica nacional ha sido de alguna forma relegada y hasta cierto punto monopolizada, en gran medida, por las imprentas, entidades técnicas que no necesariamente cuentan con diseñadores gráficos dentro de sus equipos de trabajo, razón por la cual, si bien es cierto, los servicios son prestados de forma eficiente, estos suelen en muchos casos carecer de aquel toque o valor agregado que el trabajo de un diseñador gráfico puede entregar.
Es por esto que encontrarnos con una de las empresas orgullosamente denominadas de producción gráfica y que más aún, esta sea guiada por una diseñadora gráfica, constituye una oportunidad que no podemos dejar de analizar pues que una joven diseñadora chilena haya enfocado en gran medida su emprendimiento en esta área, en tiempos en que lo digital parece ser lo único que se utiliza, es digno de destacarse, sin embargo a la luz de los hechos no debería extrañarnos, pues las ventajas comparativas que un diseñador gráfico posee, dada su formación académica, no son menores, pues no sólo tiene un conocimiento de los formatos y calidades de los materiales, de su aplicación o usos, sino que además puede llevar a cabo un proyecto desde el levantamiento de información que sirve para el desarrollo de una identidad corporativa o la creación de un logo, hasta la impresión de la última tarjeta de presentación o pendón, pasando por toda la serie de servicios y productos que pueden desarrollarse en torno a estos elementos.
Catalina Guerrero Avilés es una joven diseñadora gráfica, dueña de “Catalina Soledad Guerrero Avilés EIRL” desde hace ya más de 4 años, oriunda de la Cisterna y que actualmente tiene su base de operaciones en Linderos. Desde que egresó de su casa de estudios se sintió inquieta en relación a cuál sería su futuro laboral, sobre todo considerando que el mercado estaba enfocado a lo digital, páginas webs, creación de aplicaciones, en general áreas en las cuales si bien podía desarrollarse, no se sentía del todo cómoda. Tubo un par de experiencias laborales dependientes no del todo satisfactorias, sin embargo, en la última de estas se dio cuenta que existía todo un mercado que actualmente no estaba siendo cubierto por los diseñadores, la producción gráfica, pues si bien muchas empresas tienen presencia en internet mediante páginas webs y claramente las necesitan, de pronto la señora que tiene un pequeño puesto en una feria o un producto nuevo que debe ser lanzado por una empresa, quizás no necesita una página web para partir, sino un Flyer que le permita promover su negocio, una etiqueta para un envase, una tarjeta de presentación, en fin, una gran cantidad de productos y servicios que por lo general los estaban desarrollando empresas o imprentas “ a la pasada” además, como ella misma nos indica, en sus palabras: “quise crear mi empresa para poder ayudar a micro empresarios, a la persona que puso su almacén…a algún artesano para que pueda tener sus tarjetas de presentación…… ellos no necesitan para partir una gran página web, necesitan comenzar con el marketing de boca a boca, es la mejor publicidad en sus casos y eso no lo entrega internet en esa escala, además me encanta poder plasmar diseños en un formato físico, cumpliendo con esto las expectativas de mis clientes y proyectando la visión de sus empresas”.
Es en este punto donde nos gustaría hacer un pequeño alto para reflexionar en torno a que si bien es cierto, lo digital es importante, no hay que olvidar que aún existe un mercado que demanda papelería, ya que una peluquería necesita talonarios o un dentista usa recetarios, un mercado donde un diseñador gráfico perfectamente puede desarrollarse profesionalmente y que como Catalina dice, con ello no sólo obtiene dinero sino que además día a día se siente motivada y llena de satisfacciones pues según nos cuenta: “Me impulsa principalmente el hecho de poder ayudar a micro empresas a surgir con su identidad de marca y potenciar sus publicidad. Me gusta ver a la gente surgir con sus sueños e ideas, yo amo mi trabajo, lo vivo y lo disfruto día a día, ya que creo que esa es la única forma de seguir adelante y entregar un resultado que sus clientes también amen”.
Da la idea con esto que en un principio este es un mercado compuesto sólo por pequeños emprendedores, sin embargo esto no es así, ya que como Catalina nos indica, las grandes empresas o instituciones, también requieren productos gráficos, necesitan papelería, refrescar identidades corporativas o bien realizar campañas de marketing clásicas mediante afiches, por ende, no es de extrañar que entre los clientes para los cuales ella ha trabajado podamos encontrar el Teatro Municipal de Santiago, la Universidad Santo Tomás, BCI seguros o cadenas de comida rápida como Telepizza.
El caso de Catalina es un claro ejemplo de que existen muchos tipos de necesidades que pueden ser cubiertas desde la perspectiva del diseño gráfico y que la producción gráfica en nuestro país no está ni cerca de desaparecer ya que si bien los medios digitales han logrado revolucionar en cierta medida el mercado, como hemos podido ver, aún existen productos o servicios donde el trabajo de un diseñador gráfico ya sea en conjunto con una imprenta o como en el caso de Catalina, abarcando toda la cadena de producción, pueden entregar un valor agregado que salvo casos excepcionales, una imprenta por si sola jamás será capaz de entregar.
Despedimos esta nota haciendo un llamado a los jóvenes diseñadores gráficos recién egresados o en vías de titulación, para que vean en la producción gráfica una opción válida para el desarrollo de su disciplina y agradecemos a Catalina por haber compartido su experiencia con nosotros. Si desean saber más de ella y sus emprendimientos pueden visitar su sitio web, seguirla en su Instagram o en su Página de Facebook.