Veneno_Word
Hay un silencio de puta madre en los cuadernos y en las croqueras.
Hay un silencio de mausoleo en los pasillos de las librerías donde venden útiles para hacer manualidades y cuanta locura nos plazca.
El saca puntas está más oxidado que la igualdad en Chile.
Cada vez veo menos ADN análogo. Hace rato ya, son sólo un recuerdo romántico que tengo.
Todos somos fanáticos del arte callejero, y lo que menos nos enseñan y practicamos, es arte callejero. Pero ese arte que es para todos, no sólo para algunos.
Los recolectores de cachureos. Esos que soñaban y vivían para armar algo nuevo, choro e inexistente, ya cada vez se ven menos. Es más fácil ver al Martín Larrain preso o al Alejandro Navarro con la cara lavada.
Todos estamos cegados por la luz brillante del computador y del celular. Como si fuera oro la weaita.
¿Qué te parece si armamos una máquina del tiempo?. Y volvemos a disfrutar de ese tazón que era para el café, pero que ahora está lleno de lápices y pinceles usados.
¿Qué te parece si volvemos a la mesa con reglas, pedazos de telas, escuadras, pantoneras, cuenta hilos, pistolas de silicona, planchas de cortes, temperas mal cerradas, y todo eso…?
Armemos un una rebelión, no, una región creativa donde respetemos y aplaudamos de pie al que pinta de colores las plazas, y le peguemos una patá en la raja al que raya el metro, o la muralla blanca de esa casa donde viven los viejitos que se sacan la cresta para aguantar el día a día.
Eso no es arte, porque no transmites nada, salvo que necesitas ver tu chapa en todos lados para sentirte alguien, algo.
La dirección de arte amigo mío es algo que me transmite sensaciones, es detectar realidades y utilizarlas como armas persuasivas. Es algo que se presta para la interpretación del que lo ve, es algo que identifica y deja soñar, no es tu porquería picada a Bronx.
Sí, estoy indignado y con más veneno que lengua de vecina copuchenta.
Me molesta la incapacidad de la generación de plástico, esa que sólo vive de google y bancos de imágenes.
Me indigna que los “nuevos artes”, en su LinkedIn tengan el nombre “Director de arte” y que no sepan tomar ni la cámara fotográfica.
¿Qué les parece si armamos una máquina del tiempo y volvemos al taller, con olor a pintura?.
Esa que siempre está expuesta a un incendio por la cantidad de material inflamable que hay.
Que lindos tiempos.
Este texto, va dedicado al que tiene las manos pintadas, pero por pintura, no por tatuajes tendencieros.
Al que tiene la polera rajada, pero porque se le enganchó en un alambre mientras hacía una instalación, y no porque se la compró en HYM a 20 lucas.
Al que no para de toser porque tiene los pulmones llenos de componentes del spray, y no al que fuma porro porque “es de creativo hacerlo”.
Este texto se lo dedico al que tiene cuero de chancho en las rodillas porque limpia el suelo día a día, y no al que tiene rodillas gastadas por conseguir un buen cargo.
Manifiesto me indignación porque compramos poleras que dicen “hand made” pero vienen estampadas desde China y no fuimos capaces de hacerla nosotros mismos.
Manifiesto mi indignación porque cada vez siento más miedo de que nuestro cerebro, nuestra imaginación y creatividad pierda la batalla con lo fácil.
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Sólo me quedo con algo después de todo este vómito pseudo crítico. Que sí, son muchos los que quieren vivir de lo simple. Pero no son todos.
Y sí, esto primero lo escribí en mi cuaderno y después lo pasé a word.
Saludos (y disculpen si ofendí a alguien).
Nicolás Landauro Constanzo.
Director General Creativo Grupo Primal Chile.
Twitter / Instagram @xnelcx