Saber ser, saber hacer.

October 1, 2018 5:38 am Published by

ser y hacer

“No juzgue nada por su aspecto, sino por la evidencia”
– Charles Dickens

 

El saber cómo hacer o Know How como nos gusta decirle, ha sido la piedra fundamental de todo conocimiento. De este saber cómo hacer transmitido de generación en generación, nacieron oficios y profesiones que dieron forma a las civilizaciones, culturas y personalidad de cada producto propio de las naciones alrededor del mundo.
En una profesión relativamente joven como la nuestra; cada una de las nuevas variantes y aplicaciones que han nacido de ella, se transforman y adaptan con proporcional velocidad a los tiempos, la tecnología y mercados cada día más acostumbrados al vértigo que la demanda global exige de ellos.

El diseño e innovación centrados en el usuario y lo social, las experiencias y las necesidades específicas, conocen de cerca esta marcha vertiginosa, cosa que demandan los clientes en cada nuevo proyecto.

Si todo es tan rápido y centrado en el usuario ¿Por qué aún debemos enfrentarnos a una posición arrogante por parte de algunos diseñadores? ¿Les da acaso más altura e interés sobre sus clientes? ¿Les ayuda esto a segmentar acaso? ¿Sirve realmente de algo hacerlo?

Me cuesta entender la génesis de la arrogancia profesional. Algunos justifican esta actitud aduciendo a la importancia de sus profesiones; “Yo salvo vidas”, “Mucha gente depende de lo que hago” y cosas por el estilo.

En pro del reconocimiento de todos los excelentes profesionales y técnicos de cada profesión, me permito recordarles que dependemos del cliente, y de conectarnos a las personas detrás del encargo, de entender sus contextos y medios para poder entregarles el valor especifico que requieren y demandan de nosotros.

Es tan simple ufanarse del “poder” que entrega la posición del que sabe cómo hacer ante quien no; cuando lo que más valora ese usuario/cliente es al ser humano que guía su profesión antes que a las profesiones que guían al ser humano, ya que muchos se dejan llevar por la vanidad de estas y no por su verdadera esencia. Es verdad que algunos clientes también pecan de esta actitud; pero la verdadera “educación” al cliente parte por tratarnos con ella y hacerla valer en ambas partes. La necesidad de una profesión más humana es tan urgente como el valor que genera.

 
No me cuesta entender porque a veces seguimos siendo tildados de estilistas de la forma, antes que creadores de valor. O porque seguimos pensando que el cliente es un absoluto ignorante a su necesidad.

Para tu próxima reunión te propongo una idea: Intenta ser la solución mediante las palabras de tu cliente antes de anteponer lo que sabes hacer, ya que lo más probable es que ese cliente llego a ti, porque sabe que te necesita para resolver sus problemas y no para escuchar lo grandioso e importante que eres para él. Que eso lo demuestre la calidad de tu trabajo.

 
Rafael Chávez S.
Director El Diario Diseño