No a la automedicación

September 9, 2016 12:28 am Published by

pills

Desde hace ya un tiempo que por diversos motivos he ido analizando la conducta de los amigos emprendedores (entre los cuales me incluyo) y me he dado cuenta que lamentablemente se esta desarrollando una muy mala costumbre entre quienes tienen ganas de emprender algo. Esta mala costumbre a la que hago mención es una suerte de auto medicación (utilizando una frase de los amigos galenos) en la cual, cualquier persona con la finalidad de ahorrar un poco de dinero, toma un par de textos de Google, pregunta a unos cuantos amigos que tienen algo de experiencia dentro de un mercado, y se lanzan con un negocio sin, muchas veces, medir las consecuencias negativas que puede llegar a acarrear.

A estas alturas muchos dirán, si acaso me levante de malas y quiero descargar mi ira en este caso, pero no, la razón es que me preocupa mucho la actitud que tenemos a la hora de proyectar un emprendimiento, por modesto que este sea, y la responsabilidad que pueden acarrear acciones hechas sin el debido conocimiento, sobre todo en el área que me muevo, que es el ámbito de la legislación.

Para contextualizar es conveniente señalar, que para los ojos de nuestros legisladores, cada ley que ha sido publicada en el diario oficial y que se encuentre vigente se presume de “derecho” conocida por todos los Chilenos, ¿Qué significa esto? que la legislación vigente en nuestro país se aplica a todos quienes se encuentran dentro de su territorio, es decir, a todos y cada uno de nosotros, sepamos o no que una ley existe, estemos o no consientes de estas rigen nuestras conductas y en caso de que infrinjamos una de estas normativas, las sanciones que esto puede acarrear serán aplicadas, sin que podamos alegar su desconocimiento. Hasta acá todo va más o menos claro pero ¿qué tiene que ver esto conmigo que soy un emprendedor?, pues mucho, ya que me ha tocado ver muchas veces que por economizar un poco de dinero, porque el abogado cobra muy caro, se hacen las cosas a la “mala” y después la enfermedad suele ser mucho más devastadora y costosa que el tratamiento preventivo.

A modo de ejemplo y para que se entienda mejor les contaré una historia:

“Yo, el J soy muy bueno para cocinar y lamentablemente me he quedado cesante. En mi búsqueda de una nueva fuente de dinero, veo que esta afición a la cocina, puede ser mi salvación, ya que si me pongo a cocinar y la comida que preparo logro venderla a los obreros de una construcción que está muy cerca de mi casa, puede que haya encontrado una solución a mis problemas financieros.

Pasan las semanas y me doy cuenta que me va bien, la gente me pregunta si puedo darles una tarjeta o algo con mi teléfono en caso de que necesiten mis servicios para algún evento y por lo mismo le encargo a mi hijo de 15 años que me haga con el pc (porque él se maneja con la computación) unas tarjetas con un logo o algo choro. Mi hijo sin dudarlo se pone manos a la obra y además, como ve que no le hemos puesto nombre a nuestro servicio, me pide bautizar mi negocio y como siempre ha sido fanático de la comida rápida de la “La Tía Luchitajuana”(que para los efectos de este ejemplo es un muy reconocido restaurant de comida rápida, con años en el mercado)decide usar el mismo nombre y logo ya que inocentemente cree que así llegará mas clientela.

Pasan los días y una sobrina que esta por recibirse de abogada va a la casa y me dice que debería ver como formalizar el negocio, que no puedo seguir así sin dar boletas, que hay una normativa sanitaria, que como se me ocurrió usar el nombre de “La Tía Luchitajuana” que eso está mal, que si quiero me contacta con un profesor suyo para que me oriente, que si ella se lo pide cobrará barato, que me estoy exponiendo a muchas cosas.

Yo, convencido que esto en verdad no tiene importancia, ya que todos siempre se van felices y mi negocio cada día va mejor, no la escucho ( además le pregunte a la señora Irma que tiene un carrito de completos y sopaipillas en la esquina y me dijo que no hay problemas, que ella vende hace 3 años y no ha tenido inconveniente alguno), ya que para mi la niña no es más que alguien que quiere hacer aspavientos de que estudia en la universidad, como dicen en la familia, desde que entro a la U, se cree superior a nosotros y en una de esas lo de contactar al profesor es mentira, que como ve que estoy ganando dinero, me quiere sacar un poco. Pasa el tiempo y de pronto se corta la electricidad, esto me preocupa, porque tenía la mayonesa lista para los churrascos que haría al día siguiente, pero por suerte, al ver la temperatura de esta al día siguiente, está fría, pues mientras dormía la electricidad volvió (presumo que el corte del suministro fue corto).

Es un día normal, vendo los almuerzos a los obreros que se van felices con sus churrascos, ya son mis clientes habituales, es mas, me puedo jactar que vienen desde otras comunas a comprarme, ya que, “La Tía Luchitajuana” (la verdadera) es muy conocida y como yo me llamo igual, la gente confía en mi. Al día siguiente, veo que pasan las horas y no aparecen mis clientes, por curiosidad me voy a dar una vuelta a la construcción, escucho rumores, hubo una intoxicación, hay 3 obreros en estado grave, el problema fue aparentemente el mal estado de una mayonesa. Me dirijo raudo a mi hogar un poco preocupado, pero ya es tarde, encuentro una camioneta blanca en las afueras de mi casa con un logo que me parece haber visto antes por la tele, de un tal servicio de salud o sanidad… salen unas personas con muestras de mayonesa desde mi casa, al funcionario sólo le entiendo que yo no cumplo con los requisitos mínimos que establece el código sanitario ni tengo los permisos necesarios para la preparación y venta de alimentos.

Lamentablemente hay mas problemas, ya que como dije antes “La Tía Luchitajuana” era muy conocida,la prensa llega y en los noticieros se hace conocida la historia de la OTRA “La Tía Luchitajuana”, aparece una entrevista a los dueños de la verdadera, quienes amenazan con demandas hasta las últimas consecuencias, por el mal uso de su marca comercial inscrita, que el daño que han sufrido como empresa es muy grande, lo cual sumado a las demandas de las familias de los trabajadores que se encuentran graves, hacen que sienta que el mundo se me viene abajo, por lo mismo creo, que lo más adecuado, es llamar a esa sobrina que estudia leyes, para que me de una mano.”

Esto si bien es una exageración de la realidad, es algo que perfectamente se puede dar, si bien puede variar el rubro, el producto o servicio en si, la situación es igual de valida, y nos deja una gran lección. Si a uno le duele mucho una muela, no va al ferretero a que este le haga un diagnostico (porque él ferretero alguna vez tuvo un dolor parecido), sino que vamos al dentista. Si quiero un logo, contacto a un diseñador y no al sobrino o hijo “bueno pal dibujo” y si queremos hacer un negocio con mejores esperanzas de vida, debemos ver todas las implicancias que este puede tener y por ende, aunque tengamos que invertir un poco de dinero, vayamos a ver a un abogado, no nos confiemos en lo que dice un blog de internet o en la experiencia de un conocido, que si bien pueden entregar conocimientos valiosos que emanan de la experiencia, estos no se refieren al caso específico propio, ya que lo que para una persona fue la solución, para otra puede implicar un gran desastre, como dicen los doctores, el remedio que sana a uno, puede enfermar a otro.

Los detalles hacen una gran diferencia y ningún caso es igual al otro, así que tenga cuidado con automedicarse.